Bajo este sol tremendo. No leer sin desodorante (puede ocasionar golpe de ala).
Bajo un sol tremendo no sólo se
seca la ropa interior en los tendederos y se malogran las cosechas sino que
también, si es que los hay, se deshidrata el alma y por ahí derechito, los sentimientos. Javier
Cetarti, el personaje principal de Bajo
este sol tremendo, es adicto a la marihuana, que fuma en porros robustos repantigado
en su maltrecho sofá mientras ve documentales sobre calamares gigantes en
Discovery Channel. Cetarti, lo sabemos desde la primera página, es un
sedentario y vicioso, desempleado (lo despidieron de su último empleo por
conducta desmotivante y falta de iniciativa) y en apariencia pusilánime a quien, por medio
de una repentina llamada telefónica, le comunican que han asesinado a su mamá y
hermano a cruentos tiros de escopeta, por lo que debe trasladarse a Lapachito, un
pueblito muy caliente del chaco argentino, para hacerse cargo de los cadáveres.
Esto ocurre tan sólo en el primer capítulo y a medida que vamos avanzando con
la lectura nos imbuimos, mediante escenas crudas, poco tiernas (porno snuf, maltrato
animal) y otros elementos de una película de los Coen -bien podría ser
Fargo- a un estival punto de no retorno. Todo narrado en perspectiva
extradiegética-omnisciente sin ahondar demasiado en la psiquis de los
personajes, con descripciones escuetas pero no desafortunadas, diálogos con atisbos
de un moderado lunfardo y siempre de cara a la acción dejando de lado esas
digresiones aburridísimas y complejas de las novelas maximalistas o corales (Pynchon, Gaddis, DeLillo, Franzen...). También,
como recompensa al lector por su gusto o tolerancia a la violencia, aparecen
otros personajes no menos truculentos. Duarte, un albacea con un turbio pasado militar
quien persuade a Cetarti para cobrar un seguro de vida de modo fraudulento.
Danielito, ayudante de Duarte, quien parece no tener autodeterminación y quien,
después de enterarse que su mamá se ha suicidado con una sobredosis de
barbitúricos, decide arrojar las cenizas al inodoro, bajar la palanca y
continuar con su vida normal. A ellos tres los emparenta su adicción a la marihuana,
su predilección por el porno más fuerte y su vacío emocional que es, quizá, el
elemento más inquietante en la novela, pues ninguno de ellos parece albergar en
su interior el más mínimo sentimiento de odio o amor hacia su semejante, de
manera que van por el mundo como máquinas humanoides programadas para hacer lo
que hacen, nada más. Bajo este sol
tremendo es la primera novela de Carlos Busqued, escritor argentino, con
ella resultó finalista en el premio Herralde, lo que le bastó para salir del puto
anonimato y entrar con pisadas fuertísimas al actual circuito literario
latinoamericano. He tratado de recomendarla a cuanto lector de ficción
conozco, experimentado o no, pero al parecer cargo con la maldición de Casandra,
es decir, que no me crean la verdad que les predico de que es, sin duda alguna,
una muy buena novela. Seguiré intentando que Bajo este sol tremendo gane lectores, mientras tanto dejaré de
escribir tantas boludeces e iré a aplicarme desodorante Rexona Men en spray, pues
parece que sí, hoy hará un sol tremendo.
Idioma original: Español.
Título original: Bajo Este sol tremendo.
Año de publicación. 2009.
Editorial: Anagrama.