jueves, 19 de marzo de 2015


Bajo este sol tremendo. No leer sin desodorante (puede ocasionar golpe de ala).




Bajo un sol tremendo no sólo se seca la ropa interior en los tendederos y se malogran las cosechas sino que también, si es que los hay, se deshidrata el alma y por ahí derechito, los sentimientos. Javier Cetarti, el personaje principal de Bajo este sol tremendo, es adicto a la marihuana, que fuma en porros robustos repantigado en su maltrecho sofá mientras ve documentales sobre calamares gigantes en Discovery Channel. Cetarti, lo sabemos desde la primera página, es un sedentario y vicioso, desempleado (lo despidieron de su último empleo por conducta desmotivante y falta de iniciativa) y en apariencia pusilánime a quien, por medio de una repentina llamada telefónica, le comunican que han asesinado a su mamá y hermano a cruentos tiros de escopeta, por lo que debe trasladarse a Lapachito, un pueblito muy caliente del chaco argentino, para hacerse cargo de los cadáveres. Esto ocurre tan sólo en el primer capítulo y a medida que vamos avanzando con la lectura nos imbuimos, mediante escenas crudas, poco tiernas (porno snuf, maltrato animal) y otros elementos de una película de los Coen -bien podría ser Fargo- a un estival punto de no retorno. Todo narrado en perspectiva extradiegética-omnisciente sin ahondar demasiado en la psiquis de los personajes, con descripciones escuetas pero no desafortunadas, diálogos con atisbos de un moderado lunfardo y siempre de cara a la acción dejando de lado esas digresiones aburridísimas y complejas de las novelas maximalistas o corales (Pynchon, Gaddis, DeLillo, Franzen...). También, como recompensa al lector por su gusto o tolerancia a la violencia, aparecen otros personajes no menos truculentos. Duarte, un albacea con un turbio pasado militar quien persuade a Cetarti para cobrar un seguro de vida de modo fraudulento. Danielito, ayudante de Duarte, quien parece no tener autodeterminación y quien, después de enterarse que su mamá se ha suicidado con una sobredosis de barbitúricos, decide arrojar las cenizas al inodoro, bajar la palanca y continuar con su vida normal. A ellos tres los emparenta su adicción a la marihuana, su predilección por el porno más fuerte y su vacío emocional que es, quizá, el elemento más inquietante en la novela, pues ninguno de ellos parece albergar en su interior el más mínimo sentimiento de odio o amor hacia su semejante, de manera que van por el mundo como máquinas humanoides programadas para hacer lo que hacen, nada más. Bajo este sol tremendo es la primera novela de Carlos Busqued, escritor argentino, con ella resultó finalista en el premio Herralde, lo que le bastó para salir del puto anonimato y entrar con pisadas fuertísimas al actual circuito literario latinoamericano. He tratado de recomendarla a cuanto lector de ficción conozco, experimentado o no, pero al parecer cargo con la maldición de Casandra, es decir, que no me crean la verdad que les predico de que es, sin duda alguna, una muy buena novela. Seguiré intentando que Bajo este sol tremendo gane lectores, mientras tanto dejaré de escribir tantas boludeces e iré a aplicarme desodorante Rexona Men en spray, pues parece que sí, hoy hará un sol tremendo.


Idioma original: Español.
Título original: Bajo Este sol tremendo.
Año de publicación. 2009.

Editorial: Anagrama.

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